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martes, 16 de octubre de 2012

Pronunciamiento del brigadier Topete en la bahía de Cádiz. 17 de septiembre de 1868

Topete
Brigadier Topete (1821-1885)
GADITANOS:

Un marino que os debe señaladas distinciones, y entre ellas, la de haber llevado vuestra representación al Parlamento, os dirige su voz para esplicaros un gravísimo suceso. Esta es la actitud de la marina para con el malhadado gobierno que rige los destinos de la nacion.
No esperéis de mi pluma bellezas: Preparaos solo á oir verdades.
Nuestro desventurado país yace sumido años há á la mas horrible dictadura; nuestra ley fundamental rasgada; los derechos del ciudadano escarnecidos; la representacion nacional ficticiamente creada; los lazos que deben ligar al pueblo con el trono y formar la monarquía constitucional completamente rotos.
No es preciso proclamar estas verdades; están en la conciencia de todos.
En otro caso os recordaría el derecho de legislar, que el gobierno por sí solo ha ejercido, agravándolo con el cinismo de pretender aprobaciones posteriores de la mal llamadas Córtes, sin permitirles siquiera discusión sobre cada uno de los decretos que en conjunto les presentaba; pues hasta del servilismo de sus secuaces desconfiaba en el exámen de sus actos.
Brigadier Topete, caricatura procedente de la revista satírica La Flaca
Caricatura del brigadier Topete. Revista La Flaca
Que mis palabras no son exageradas, lo dicen las leyes administrativas, la de órden público y la de imprenta.
Con otro fin, el de presentaros una que sea la absoluta negacion de toda idea liberal, os cito la de instrucción pública.
Pasando del órden político al económico, recientes están las emisiones, los empréstitos, la agravacion de todas las contribuciones. ¿Cuál ha sido su inversión? La conocéis, y la deplora como vosotros la marina de guerra, apoyo de la mercante y seguridad del comercio. Cuerpo proclamado poco há gloria del país, y que ahora mira sus arsenales desiertos, la miseria de sus operarios, la postergación de sus individuos todos, y en tan triste cuadro un vivo retrato de la moralidad del gobierno.
Males de tanta gravedad exigen remedios análogos: desgraciadamente los legales están vedados: forzoso es por tanto apelar á los supremos, á los heróicos.
Hé aquí la razón de la marina en su nueva actitud: una de las dos partes de su juramento está violada con mengua de la otra: salir á la defensa de ambas, no solo es lícito, sino obligatorio.
Expuestos los motivos de mi proceder y del de mis compañeros, os diré nuestras aspiraciones.
Aspiramos á que los poderes legítimos, Pueblo y Trono, funcionen en la órbita que la Constitución les señale, restableciendo la armonía ya estinguida, el lazo ya roto entre ellos. Aspiramos á que Córtes Constituyentes, aplicando su leal saber, y aprovechando lecciones, harto repetidas de una funesta esperiencia, acuerden cuanto conduzca al restablecimiento de la verdadera monarquía constitucional.
Aspiramos á que los derechos del ciudadano sean profundamente respetados por los gobiernos, reconociéndoles las cualidades de sagrados que en sí tienen.
Aspiramos á que la Hacienda se rija MORAL é ilustradamente, modificando gravámenes, estinguiendo restricciones, dando amplitud al ejercicio de toda industria lícita y ancho campo á la actividad individual y al talento.
Estas son, concretamente expuestas, mis aspiraciones y las de mis compañeros. ¿Os asociáis á ellas sin distinción de partidos, olvidando pequeñas diferencias, que son dañosas para el país? Obrando así, labrareis la felicidad de la patria.
¿No hay posibilidad de obtener el concurso de todos? Pues haga el bien el que para ello tenga fuerza.
Nuestros propósitos no se derivan de afección especial á partido determinado, á ninguno pertenecemos, les reconocemos á todos buen deseo, puesto que á todos les suponemos impulsados por el bien de la patria, y esta es precisamente la bandera que la marina enarbola.
Nadie recele que este hecho signifique alejamiento para con otros cuerpos, ni deseos de ventaja; si modestos marinos nos lanzamos hoy colocándonos en puesto que á otro mas autorizado correspondía, lo hacemos obedeciendo á apremiantes motivos: vengan en nuestro auxilio, tomen en sus manos la bandera izada los demás cuerpos militares, los hombres de Estado, el pueblo: á todos pedimos una sola cosa: «plaza de honor en el combate» para defender el pabellón hasta «fijarlo;» esta, y la satisfaccion de nuestras conciencias, son las única recompensas á que aspiramos.
Como á los grandes sacudimientos suelen acompañar catástrofes que empañan su brillo, con ventaja cierta de los enemigos, creo, con mis compañeros, hacer un servicio á la causa liberal presentándonos á defenderla conteniendo todo esceso. Libertad sin órden, sin respeto á las personas y á las cosas, no se concibe.
Correspondo, gaditanos, á vuestro afecto, colocándome á vanguardia en la lucha que hoy empieza y sostendreis con vuestro reconocido denuedo.
Os pago esplicándoos mi conducta, su razón y su fin; á vosotros me dirijo únicamente; hablen al país los que para ello tengan títulos.

Bahía de Cádiz á bordo de la Zaragoza 17 de setiembre de 1868 - JUAN B. TOPETE 


Publicado en el Diario La Época, miércoles 30 de septiembre de 1868

Transcripción realizada por el profesor Antonio Martín Martín