Una visión historiográfica de Isabel II:
"Todos los autores coinciden en señalar a la hija de Fernando VII como una mujer espontánea, directa, llena de vitalidad, algo ordinaria y poco agraciada. Los retratos que nos han llegado de ella la representan siempre como una mujer entrada en carnes, con la expresión viva pero con escaso atractivo femenino. Y sin embargo, su vida sentimental fue muy agitada y, al parecer, desgraciada. (…) Aunque dotada de un cierto talento natural, Isabel no estaba capacitada para la política, y en este terreno siempre navegó al pairo de unos consejeros que no siempre supieron jugar su papel con honestidad y rectitud de miras. En cierto sentido, le ocurrió como a su madre, María Cristina, que nunca supo entender el papel de arbitraje que le correspondía a la Corona en el sistema constitucional. Se dejó llevar por las simpatías personales, aunque cuando ejerció la función que, según la constitución se le asignaba, es decir, la de nombrar o deponer ministros, reunir o disolver las Cortes, nunca actuó por iniciativa propia. Con frecuencia se ha hablado de la camarilla que rodeaba a la reina, como se hablaba de la camarilla de su padre y de la influencia que sus componentes ejercieron en la práctica política."
Fragmento extraído de
Sánchez Mantero, Rafael.
Manual de Historia de España. De la Regencia de María Cristina a la Primera República. Historia 16. Madrid 1990.
Profesor Antonio Martín Martín
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